Vivir cerca del mar aumenta además las posibilidades de exposición al sol, que favorece la producción de vitamina D, fortaleciendo el sistema inmunológico. También eleva los niveles de endorfinas, reduce el riesgo de cáncer y mejora la salud de los huesos.
- Favorece el metabolismo
El yodo, este mineral presente en el agua y en la brisa es un potente estabilizador del sistema metabólico. En una atmósfera en la que el yodo está presente las personas experimentarán una normalización en la producción de hormonas tiroideas, así como una mejor absorción de principios como el fósforo, el magnesio y el calcio.
- Combate las infecciones
El yodo, que se encuentra diluido en la brisa marina, es un bactericida natural que ayuda a eliminar las infecciones, sobre todo las relacionadas con el sistema respiratorio y ocular. Los niveles de yodo en el organismo están directamente relacionados con el mayor o menor poder del sistema inmunitario.
- Mejora los problemas respiratorios
Muchos médicos recomiendan a sus pacientes con problemas crónicos de respiración, como el asma, que se muden a vivir a localidades próximas al mar. El motivo principal es que el agua del mar es rica en yodo y sales marinas, componentes omnipresentes en todos los descongestionantes nasales. Por lo que respirar la brisa marina de manera continuada alivia a estos pacientes los dolores derivado de sus dolencias.
- Es positivo para las articulaciones
La playa es el mejor gimnasio que existe. Dar largos paseo junto al mar, correr por la orilla, realizar estiramientos sobre la arena de. Las posibilidades son muchas y todas ellas tienen un efecto positivo sobre las articulaciones. Por eso, muchos médicos recomiendan a pacientes con este tipo de problemas realizar deporte en la playa. Un aspecto negativo de hacer ejercicio físico cerca del mar es que la percepción del dolor es mayor, pero esto no quiere decir que sea malo, simplemente es una reacción corporal a los cambios de temperatura bruscos. Para combatir estas dolencias se puede aplicar calor sobre las zonas en cuestión y realizar ejercicio suave
- Estabiliza la tensión arterial
Se ha demostrado que las personas que residen en poblaciones a nivel del mar tienen un control del eje hormonal Angiotensina-Renina-Aldosterona mejor, así como una mejor frecuencia cardíaca. Esto se debe a que en los lugares que se encuentran al mismo nivel que el mar la presión atmosférica es mayor y, por lo tanto, la cantidad de oxígeno en el aire también es superior. Esta característica favorece la oxigenación de órganos y del tejido corporal, lo que repercute directamente sobre la tensión arterial.
- Disminuye el estrés
El estudio de la Universidad de Exeter citado con anterioridad también consiguió demostrar la menor incidencia del estrés en las personas que viven cerca del mar. Según los resultados de la investigación, la ionización negativa que hay en la brisa marina contribuye a que los niveles de serotonina aumenten y, con ello, se reduzca la ansiedad. La serotonina es el elemento regulador del estrés y la ansiedad en el cuerpo humano y está demostrado que las personas que viven a un kilómetro del mar tienen unos mayores niveles de serotonina que las que residen alejadas de él.
- Ayuda a cicatrizar la piel
Desde bien pequeños nos transmiten ese saber popular de que el agua del mar cura las heridas, y es verdad. Las sales presentes en el agua marina, así como el yodo son sustancias que favorecen la cicatrización de heridas siempre que sean superficiales. También es muy bueno para eliminar el acné y otros problemas cutáneos.
- Previene la retención de líquidos
Actividades como la natación o el buceo son recomendadas a pacientes con problemas de retención de líquidos y pesadez en las piernas, ya que el agua ejerce una ligera presión en los tejidos corporales y los órganos y, de esta manera, moviliza y elimina los líquidos que se concentran en el tejido celular subcutáneo. El deporte bajo el agua también es bueno para reducir y eliminar las varices, puesto que ejerce presión sobre las venas y favorece su drenaje.