Descubrir qué necesitas pedirle a esa nueva vivienda a la que vas a mudarte y qué puedes sacrificar. Analizar tu forma de vida –ciudad, periferia o campo– y pensar en el vecindario, en los servicios y en el equipamiento, formarán también parte de la decisión
Estado de conservación. De la vivienda y su gasto energético.
Primeras sensaciones. El sentimiento de sentirse “a gusto” está relacionado con el bienestar general que transmite una casa.
Cocina: Lo esencial es que tenga un tamaño que responda a tus necesidades. Si necesitas que tenga un sitio para comer, las cocinas rectangulares son las más apropiadas ya que dan la opción de ubicar este rincón en los extremos.
Operación espacio. Analiza dónde se centran tus requerimientos de más espacio, si en la cocina, el salón o los dormitorios. Descarta viviendas con ambientes de día muy comprimidos, aunque te sobren dormitorios.
Distribuciones limpias. En este caso, un detalle importante que hay que tener en cuenta es que disponga de armarios empotrados en los dormitorios
Los baños una reforma casi asegurada. Se puede dar un uso más funcional a un baño demasiado grande. Desmontándolo totalmente, sacarás dos baños, uno con acceso a un dormitorio y el otro a un pasillo distribuidor.
Para familias pequeñas o singles: Lo más aconsejable será reducir el área de dormitorios y baños, más que la zona de día: los espacios amplios y poco recargados mejoran el estado de ánimo y son la mejor receta antidepresión. Otra forma de reducir metros sin perder prestaciones es eligiendo una vivienda en un edificio que ofrezca servicios comunes como lavandería, zona deportiva, áreas verdes, etc.
Luz y más luz. Conviene buscar las orientaciones más adecuadas al clima del lugar. Por lo general en España, la orientación sur es la mejor.
Habitaciones: Busca habitaciones con armarios empotrados. Lo ideal es contar con espacio para una mesa de estudio, de ahí que te interese que la superficie útil de este tipo de dormitorios no sea inferior a 9 metros cuadrados.
Si puedes, que tenga terraza. No te preocupes por su estado de conservación, que para eso están las soluciones secas: tarimas o baldosas de madera, césped artificial, celosías, enrejados, toldos y, por supuesto, plantas y unos muebles de calidad.
Si la casa no tiene terraza, busca al menos que tenga puertas balconeras. Dale importancia a las vistas: amplían visualmente el espacio y son un remedio muy efectivo contra el estrés, levantan el ánimo y conectan con los cambios naturales de estación.
Otro consejo es que pidas el plano de la casa y sepas los metros cuadrados útiles.
➡Información recogida de Houzz