Todo parece indicar que 2025 será un año clave para el sector inmobiliario. Cabe tener en cuenta que se trata de un mercado cambiante y en continua evolución, y que además en la actualidad se encuentra sometido al fuerte impacto de la tecnología, el cambio climático y una nueva realidad demográfica que indudablemente se traducirá, ya mismo pero mucho más en las próximas décadas, en una nueva clase de necesidades y tendencias en lo que a vivienda se refiere.
En España existe un amplio consenso en que vivimos una situación de crisis inmobiliaria, poniendo especial énfasis en las grandes áreas metropolitanas como Madrid o Barcelona, donde el desajuste entre la oferta y la demanda, así como el consiguiente aumento de precios, empiezan a ser insostenibles. Por no hablar ya de la problemática añadida de la subida de los tipos de interés bancario, que ha dificultado a muchas familias el acceso a una hipoteca.
En este contexto, creemos que estos serán muy probablemente algunos de los puntos clave:
1. Vivienda sostenible
Cada vez más, aspectos como la sostenibilidad o la eficiencia energética de una vivienda serán requisitos indispensables para los compradores, debido por supuesto a la creciente concienciación social acerca del cambio climático, pero también a los notables beneficios económicos que implican (menor consumo de energía, menor mantenimiento y mayor valor de mercado).
En España, las nuevas construcciones están adoptando tecnologías como placas solares, sistemas de ventilación eficientes o la utilización de materiales reciclados. Además, los compradores exigen cada vez más viviendas que no solo sean energéticamente eficientes, sino que también incluyan sistemas inteligentes para el control del consumo energético.
¡La sostenibilidad ya no es una opción, sino una exigencia en claro ascenso!
2. Tecnología & Innovación
Tecnología e innovación digital seguirán transformando el sector inmobiliario. Plataformas online, aplicaciones móviles, visitas virtuales, inteligencia artificial y la implementación de nuevos mecanismos de análisis de tendencias estarán profundamente integradas en cada etapa del proceso de compraventa, desde la búsqueda de vivienda en venta o alquiler hasta la firma del contrato. Y por supuesto, los portales inmobiliarios especializados continuarán jugando un importante papel en la transparencia y accesibilidad del mercado.
3. Espacios multifuncionales, teletrabajo y áreas rurales
En los últimos años, el fenómeno del teletrabajo (muy especialmente después de la pandemia de Covid-19) ha cambiado considerablemente la forma en que nos relacionamos con nuestras viviendas, y es que cada vez más personas necesitan disponer de un espacio de trabajo y/o estudio en su casa (o más, dependiendo de cada familia). El cliente busca cada vez más aquellas viviendas con espacios que puedan adaptarse a múltiples funciones, ya sea como home office, sala de yoga, gimnasio, taller de pintura o bricolaje… Lo cual nos conduce indirectamente a un aumento en la demanda de fincas más grandes en áreas alejadas de los núcleos urbanos.
Por otra parte, encontramos una nueva e incipiente tendencia: la vivienda híbrida, que combina características propias de complejos residenciales con otras más cercanas a los ambientes empresariales. Y es que los promotores inmobiliarios están respondiendo a la nueva demanda con diseños que integran áreas de coworking dentro de complejos residenciales, con muy buenos resultados hasta el momento.
4. El mercado de alquiler
Lo sabemos bien: en España cualquier noticia que haga referencia al mercado del alquiler de vivienda tiene una gran repercusión social y mediática. En este sentido, han aparecido nuevos modelos como el coliving y el alquiler flexible, a fin de dar solución a los grandes desafíos de vivienda en núcleos urbanos con alta densidad demográfica como Madrid, Barcelona y otras grandes ciudades.
Estas nuevas modalidades de convivencia también han logrado dar muy buena respuesta a las necesidades de generaciones más jóvenes que valoran positivamente conceptos como movilidad, flexibilidad e interconexión. Y es que estos espacios combinan áreas privadas con otras comunes y servicios como coworking, limpieza y actividades en grupo. Esto es particularmente interesante y ventajoso para los llamados expats (expatriados), pero también para estudiantes internacionales, por ejemplo.
Otra remarcable novedad en el mercado de alquiler en España es el contrato flexible, que permite al inquilino dejar la vivienda sin verse obligado al pago de penalizaciones significativas.
5. Turismo & Capital extranjero
El sector inmobiliario español sigue representando un apetecible negocio para las inversiones de capital extranjero. Características como el clima, la calidad de vida y la relativa asequibilidad de la vivienda, hacen de nuestro país un auténtico imán para muchos extranjeros, tanto personas como empresas. En 2025, este interés se intensificará, especialmente en el sector del lujo, las segundas residencias y el arrendamiento vacacional.
Los inversores europeos, particularmente de países como Alemania, Reino Unido y los países escandinavos, están cada vez más interesados en áreas costeras y turísticas como la Costa del Sol, Baleares y la Costa Blanca. Estas regiones ofrecen propiedades con vistas al mar, arquitectura moderna y proximidad a servicios de alta gama.
No obstante, también el mercado urbano atrae (y mucho) a los inversores internacionales. La adquisición, renovación y comercialización de viviendas usadas en ciudades como Madrid y Barcelona son particularmente ventajosas desde un punto de vista financiero, ya que ofrecen la posibilidad de adquirir activos a precios relativamente asequibles para los capitales de países económicamente más fuertes, y aumentar su valor de mercado con reformas modernas y acabados de alta calidad.
Por consiguiente, nos encontramos ante un escenario general en el que el sector inmobiliario español no solo está experimentando un cambio en las preferencias de los clientes, sino también de forma muy significativa, una evolución en la forma en que interactuamos con la vivienda. Sin duda, habrá que estar muy pendiente los próximos meses de cuál es la dirección que toma el sector, sin olvidar las posibles decisiones que se tomen en el Parlamento y/o en Consejo de Ministros para intentar paliar los efectos negativos de la actual coyuntura.
Ciertamente el reto es mayúsculo, y no lo son menos los agentes internos y externos que influyen de distinta forma al mercado inmobiliario nacional, pero entre todos habrá que hacer de cada problema una oportunidad y adaptarse lo mejor posible a las nuevas realidades que se nos presenten.