Hace 2.000 años el territorio que ahora conocemos como Maresme se llamaba Laie y estaba habitado por los layetanos (su territorio se extendía también por el actual Barcelonés, la depresión prelitoral del Vallès y el Baix Llobregat). En la Layetania había asentamientos de grandes dimensiones como el de Burriac, en Cabrera de Mar, y muchos poblados fortificados –a menudo en lo alto de las colinas de las sierras litorales-, y explotaciones agrarias en las tierras bajas. Por todo el Maresme podemos encontrar yacimientos arqueológicos que explican dónde y cómo vivían estos pueblos iberos.
Preparar rutas con los niños para ir a conocer estos yacimientos cuando finalice el confinamiento es una buena idea para pasar estos días.
Las principales poblaciones habitadas por los layetanos fueron Ailuton o Lauro (la actual Mataró), Baetulo (la actual Badalona) a orillas del río Vaetulo (hoy Besós), o Blanda (Blanes).
En el Maresme y cercanías hay tres grandes y destacados yacimientos:
Poblado fortificado de Burriac (Cabrera de Mar)
En la ladera de la montaña presidida por el Castell de Burriac se halla el mayor poblado ibero de la Layetania. Fue descubierto el 1915 y, desde entonces, ha sido sometido a un buen número de intervenciones a lo largo de los años y , también, a mucho pillaje. A pesar de ellas la mayor parte del poblado permanece desconocida, y tan solo unos pocos lugares como la torre de poniente o la puerta meridional permiten hacerse una idea de lo que significó.
Se calcula que tiene una extensión total de entre 7 y 10 hectáreas y que estuvo habitado durante 400 años. A pesar que se tenía noticias de hallazgos de objetos por la zona, el poblado fue descubierto por Lluís Bonet i Garí quien, junto a su hermano Pere, se fijaron en unos muros de piedra seca a los pies del castillo distintos a los de las viñas. Mostraron unas fotografías al arquitecto y arqueólogo Josep Puig i Cadafalch quien, tras una visita a la zona ratificó el descubrimiento.
Poblado ibero Turó d’en Boscà (Badalona)
Situado en lo alto de una colina, desde el poblado ibero Turó d’en Boscà se controlaba la llanura que en la actualidad ocupa la ciudad de Badalona y buena parte de Barcelona. Este poblado fue construido hacia el siglo IV aC y estuvo habitado hasta el I aC, que fue cuando los romanos fundaron la ciudad de Baetulo.
El Turó d’en Boscà dispone de importante bastiones defensivos como son las dos torres, una semicircular y otra cuadrada, así como la muralla. En las diversas excavaciones realizadas entre os restos de las viviendas han aparecido objetos cotidianos de entonces. Uno de los más destacados es el “Vas de les Naus”, un jarrón decorado con dos naves griegas y que es la escena marítima más antigua hallada en Catalunya.
Se puede visitar la muralla y la torre de defensa, las calles escalonadas para salvar los desniveles del terreno, y algunas viviendas, entre las que destaca una excavada en la roca.
Poblado Ibero Puig Castellar (Santa Coloma de Gramenet)
Encontramos el Poblado Ibero Puig Castellar en la Serralada de la Marina, en la parte alta del Turó del Pollo (303 metros de altitud). Sus magníficas condiciones defensivas y de control del territorio, así como su amplitud (algo más de 4.000 metros cuadrados) hacen suponer que se trataba de un poblado muy importante. Fue ocupado entre el siglo VI aC y el II aC.
En sus alrededores había otros asentamientos que se supone vinculados, entre los que destacan el asentamiento rural de Can Calvet y las Sitges de la calle Extremadura, donde seguramente se almacenaban los excedentes de cereales que se utilizaban para comerciar con griegos, cartagineses y/o romanos.
Este poblado fue descubierto por Mossèn Palà en 1902. En el año 1997, el Museu Torre Baldovina inició su museización. Destaca la recuperación del entorno y los accesos, la consolidación de las estructuras para garantizar su conservación y la adecuación didáctica del yacimiento. Normalmente este yacimiento está abierto todos los días.
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