La pandemia del COVID 19 nos ha confinado a todos en nuestras casas durante más de 60 días. Debido a esto, las casas han dejado de ser ese lugar dónde íbamos algunas horas del día o de la noche. Las casas han pasado a ser, en muchos casos nuestro lugar de trabajo.
Un factor que hasta la fecha no teníamos en cuenta y que a partir de ahora se va a volver un punto importante “el teletrabajo- la oficina o lugar de trabajo en casa”.
Un espacio que a menudo ocupaba un rincón del salón o un sala secundaria, va a pasar a disponer de una estancia propia.
¿Pero que es el Teletrabajo?
Es un nuevo sistema de organización del trabajo que se desarrolla en casa, y por medios telemáticos.
Rafael es directivo de una importante empresa inmobiliaria con promociones por toda España. Antes del confinamiento su día a día era un no parar de reuniones y viajes. Martes Madrid, miércoles Alicante, jueves Palma de Mallorca… La vida de Rafael pasaba por aeropuertos y estaciones de AVE. Cuando llegó el confinamiento ni su empresa ni él dejaron de trabajar, pero todo el tiempo desde casa. Y la vida ha seguido y en ningún momento han dejado de trabajar. En lugar de coger un avión para poder reunirse en Alicante, ha hecho numerosas reuniones desde su casa. Y, no sólo ha ganado tiempo porqué ha evitado el viaje, sino que las reuniones han sido igualmente efectivas. Ahora se están planteando reorganizar sus métodos de trabajo….
Xavier es informático. En enero empezó a trabajar para una empresa internacional con sedes en Barcelona y Tokio. Una semana antes de empezar el estado de alarma, desde Tokio les invitaron a no ir a la oficina y empezar a trabajar desde casa. Todos los trabajadores de la empresa llevan cerca de tres meses trabajando desde sus hogares. Se reúnen, comparten sus proyectos… Ahora sólo espera que cuando finalice el estado de alarma pueda seguir trabajando, al menos unos días a la semana, desde casa…
Laia es arquitecta y cando llegó el confinamiento también empezó a trabajar desde casa. Vive cerca de la Escola Industrial de Barcelona y en las videoconferencias de trabajo que realiza día sí día también se le cuelan las campanas del edificio del Rellotge con gran sorpresa de quienes participan en las llamadas. Laia está deseando que finalice el confinamiento para poder regresar a su despacho y poder trabajar codo con codo con sus colegas…
Estas semanas Rafael ha pensado en más de una ocasión en cuánto mejor hubiera pasado esta situación si en lugar de vivir en Barcelona hubiera vivido en una casa con jardín, piscina y disponer de espacio para teletrabajar.
Al principio no lo tenía claro, más que nada porqué pensaba en sus dos hijos que todavía van al colegio. Un día, como quien no quiere la cosa, empezó a mirar casas en venta en el Maresme. “Está cerca de Barcelona”. Y empezó a enamorarse de la comarca y de las casas que encontraba. Además, buscó colegios y comprobó que la oferta escolar es de primera calidad. Ahora tan solo espera poder moverse con libertad para ir a visitar casas, vender su gran piso de Barcelona y trasladarse a una de las casas que se han convertido en protagonistas de sus mejores sueños.
Por su parte Xavier, piensa en la posibilidad de que el teletrabajo haya llegado a su empresa para quedarse. Xavier es un enamorado de la naturaleza. Le encanta andar por la montaña y es algo que normalmente hace los fines de semana (hacía). Estas semanas es lo que más ha echado en falta. En más de una ocasión se ha sorprendido a sí mismo pensando en ir a vivir cerca de la naturaleza. Él es joven y su economía no le permite todavía comprar una casa cerca de la naturaleza pero ha empezado a buscar casas en alquiler en algún pueblo cercano de Barcelona. Y el Maresme le ha enamorado. Tiene todo con lo que sueña, naturaleza, mar, buenas conexiones de Internet, y buen transporte público lo que para él es muy importante puesto que no conduce… Ya tiene seleccionadas un par o tres de casas y está deseando poder moverse para ir a visitarlas.
Laia es muy “urbanita” y está encantada con vivir en Barcelona. A veces piensa en tener una segunda residencia, pero en ningún momento le ha pasado por la cabeza irse a vivir a un pueblo.
El teletrabajo es algo de lo que se lleva hablando desde hace muchos años pero que muchas empresas y administraciones se resistían a implementar.
Pero ahora la realidad lo ha puesto encima de la mesa y aquí se va a quedar. Todo son ventajas, para empresas y para empleados: menos desplazamientos y por consiguiente menos contaminación y menos horas perdidas, menos gastos en alquileres de oficinas en medio de la ciudad, más posibilidad de conciliación de las familias…
Y no se nos ocurre un mejor lugar para teletrabajar que en el Maresme, en un despacho con vistas a nuestro jardín y al mar Mediterráneo.
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Este es un aspecto muy positivo del teletrabajo, con una buena organización se puede obtener flexibilidad, saludos!
Muchas gracias por su comentario.